MANUAL BEAUTY DEL EMBARAZO
Durante el embarazo, debes cuidarte más de lo habitual, tanto a nivel de salud como en belleza. Pero ¿qué rituales de belleza puedes hacerte y cuáles están prohibidos? Te lo detallamos.
Al quedar embarazada, debes tener presente que tus rutinas de belleza habituales deben cambiar. Los tratamientos, las terapias y hasta los productos de belleza deberán adaptarse a tu nuevo estado, ya que todo lo que consumas y te apliques puede llegar a repercutir al bebé. Esto no quiere decir que tengas que abandonar tus hábitos cosméticos. Si estás teniendo un embarazo sin complicaciones, sólo tendrás que adaptar ciertas costumbres y, si tienes dudas, consultarlas con tu médico.
- Prohibido: utilizar ciertos productos. Durante el embarazo, deberás abandonar algunos productos cosméticos que antes usabas a diario, debido a las sustancias que contienen, como, por ejemplo, los anticelulíticos que, al contener cafeína, están desaconsejados durante la gestación. Antes de empezar a utilizar los productos de belleza, consulta con tu médico cuáles son adecuados y cuáles es mejor evitar.
DETALLES DE PRODUCTOS
- Prohibido: los químicos agresivos. Por ejemplo, aunque no hay problema para teñirte el cabello si estás embarazada, debes intentar evitar los tintes con amoniaco o sprays para el cabello. Debes tener presente que la piel absorbe lo que se aplica sobre ella. No obstante, los tintes que se utilizan en las estéticas actualmente poco tienen que ver con los que se usaban hace años, y la mayoría de ellos se pueden usar sin problemas durante la gestación.
- Permitido: los productos naturales. El embarazo te brinda la oportunidad ideal para conocer firmas cosméticas de origen orgánico; marcas naturales que, gracias a sus componentes no tóxicos, te permiten seguir con tus rituales de belleza. En el caso del cabello, por ejemplo, existen marcas que prescinden de sustancias químicas y te permiten seguir con tu cuidado capilar.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS DE LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA
La primera papilla: un momento importante para el pequeño y para su mamá. Es el inicio de un recorrido que, en unos meses, conducirá al niño a una autonomía propia. Te explicamos cómo afrontar esta etapa con tranquilidad.
¿Cuándo se empiezan a introducir alimentos distintos a la leche?
El estará preparado para la primera papilla después de los seis meses de edad. No es prudente empezar antes del medio año, porque el aparato digestivo del pequeño todavía no está preparado para recibir alimentos distintos a la leche materna. Asimismo, la introducción demasiado precoz de alimentos sólidos puede favorecer la aparición de alergias. Otro motivo por el que no conviene anticipar el destete es que, en general, el niño de menos de seis meses todavía no puede coordinar bien los movimientos de la boca y de la lengua, y podría tener dificultades para deglutir los alimentos sólidos.
¿Cómo se deben dar los cereales?
Se debe empezar por los que no contienen gluten, como el arroz, el maíz, el mijo o el sorgo. Al principio, se pueden añadir un par de cucharadas a la leche materna. Después de las primeras pruebas, se podrá aumentar la cantidad de forma gradual, introduciendo otros cereales como la espelta, la cebada, la avena y el trigo.
¿Qué frutas se introducen primero en su dieta?
Suele empezarse con pera, manzana y plátano, simplemente, porque, gracias a su sabor naturalmente dulce, resulta más fácil que el bebé las acepte. Pero también convienen las verduras como la zanahoria, la papa y la calabacita, que se pueden hervir o cocer al vapor.
¿Cuándo se puede ofrecer al niño la segunda papilla?
En general, la primera papilla, que se introduce es la del mediodía, tanto por motivos prácticos como porque el ritual de la toma de antes de ir a dormir tiene un especial valor psicológico y tranquiliza al pequeño. Una vez transcurrido un mes desde el inicio de la alimentación complementaria, los purés diarios aumentan a dos y también se introduce la papilla de la noche.
DETALLES DE PRODUCTOS
LO QUE HAY QUE TENER EN CUENTA PARA LAVAR LA ROPA DEL BEBÉ
La ropita del bebé requiere de unos cuidados específicos al estar en contacto con su delicada piel. Veamos cómo cuidarla y lavarla correctamente.
La piel atópica y la dermatitis son algunos de los problemas más comunes entre los bebés y niños pequeños, ya que su piel aún es muy inmadura, delgada y frágil. De hecho, el 20 por ciento de los niños menores de dos años tienen la piel atópica. Por eso, es tan importante el cuidado de su piel, pero también de todos aquellos tejidos que estén en contacto con la piel del pequeño (ropa de vestir, toallas, sábanas, peluches, etc.) especialmente durante los primeros seis meses de vida. En cuanto a la ropita del bebé, debes tener en cuenta que cumpla algunas características a la hora de adquirirla. Debe ser suave y agradable, confeccionada con algodón u otros tejidos naturales. Deben ser prendas seguras, sin costuras, lazos o adornos que puedan lastimar al bebé y para una mayor comodidad, debe ser práctica, con aperturas entre las piernas y cierres cómodos con velcro y corchetes. Pero ¿qué pautas hay que seguir en relación con el lavado de la ropa del bebé? Veamos qué tener en cuenta, qué productos utilizar y cómo quitar las manchas.
CONSEJOS SOBRE EL LAVADO
- Antes de estrenar la ropa del bebé, se debe lavar con un detergente hipoalergénico especial para la ropa del bebé, con el fin de eliminar los restos de polvo, hilos sueltos o posibles gérmenes que se hayan podido generar durante su transporte o en los comercios donde se venden.
- Es importante lavar la ropa del bebé por separado de la del resto de la familia, como mínimo, hasta los seis meses, ya que, en general, los tejidos suelen ser más delicados que los de las prendas de un adulto y requieren unos cuidados especiales. En caso de hacer una lavadora conjunta, es recomendable utilizar una bolsa protectora de tela para la ropa del bebé y utilizar igualmente un detergente especial para bebé.